lunes, 16 de julio de 2007



Entre 1950 y 2025 la población mundial se multiplicará de la siguiente manera:

-población general por 3 veces
-población mayor de 60 años por 6 veces
-población mayor de 80 años por 10 veces

Los mayores de 60 años aumentan 1 millón por mes.
El 80% de los adultos mayores vive en países en vías de desarrollo
En Chile:

De acuerdo a la cifras del Censo del 2002 el grupo de 60 y más años alcanzó al 11,4 % del total del país, cerca de 1,7 millones de habitantes. Al año 2020, se estima que los adultos mayores serán cerca de 3 millones de personas.

CONCLUSIÓN

La respuesta a la problemática debe tener muy presente las percepciones de los adultos mayores sobre el tema , es decir sobre si mismos.
Según los propios ancianos, sus problemas más importantes estaban relacionados con las exigencias económicas y de salud, representando lo económico la principal preocupación para los menores de 75, mientras la salud se manifestó como tema prioritario sólo en los grupos más altos, especialmente en mujeres. Aquí surge un elemento clave para el rediseño de las políticas dirigidas a la vejez, y es que culturalmente existe un acondicionamiento para considerarlos como "enfermos". Este estudio revela que los mismos afectados declararon sentirse "sanos" en más del 65% de los casos.
Un estudio previo aportó un elemento innovador al manejo del adulto mayor, por cuanto demostró que contrariamente a la percepción cultural que se tenía de ellos en la sociedad chilena, los senescentes entrevistados tenían buena capacidad para cuidar de sí mismos. Para conocer su medida, se elaboró un Indice de las Actividades de la Vida Diaria (AVD) que permite agrupar a la población objetivo en tres categorías: los auto-valentes, que desarrollan su vida normalmente sin ayuda; los que requieren ayuda para determinadas actividades, y los frágiles e inválidos, que están impedidos de atender a su cuidado sin asistencia.
Este evento de permutación generacional en la composición de la población, debe ser entendido no como una simple valoración estadística, sino como una profunda transformación de la sociedad chilena y de aquellas que se encuentran en situación similar, tanto en Latinoamérica como en el mundo, porque involucra aspectos de tal variedad y complejidad, que obligan a replantear desde vínculos afectivos hasta necesidades materiales, desafiando las capacidades estructurales y funcionales de todos los actores involucrados


El Chile de los ‘90s y de las primeras décadas del siglo XXI, se inserta en el cuarto escenario de esta propuesta, “transición demográfica en etapa avanzada” hacia el envejecimiento de su población.
El termino etapa avanzada, nos sitúa en una etapa de asimilación del problema, por lo debido es urgente generar variadas respuestas al tema.
Por ello es tan consiguiente tener en cuenta las estadísticas del ministerio de Salud, tener claridad sobre los antecedentes.
ANÁLISIS Y PROCESAMIENTO

El avance de la edad es responsable de cambios morfológicos y funcionales en todos los órganos y parénquimas: se traduce en problemas en el aparato locomotor, la piel, los sistemas digestivo, respiratorio, inmunológico, nervioso central y periférico, entre otros. Sin embargo estos cambios llamados fisiológicos, por tanto esperados a esta altura de la vida, son frecuentemente
complicados por la existencia de patologías crónicas, tales como la hipertensión, diabetes, osteoporosis, cataratas, patologías dentales y trastornos emocionales para enumerar a los más conocidos. Estas alteraciones sumadas al deterioro “normal”, demandan mayores exigencias en cuanto al manejo del adulto mayor como problema médico, lo que tuvo como consecuencia que en nuestro país hasta los años ‘90s, se mantuviera una idea de atención centrada en los aspectos terapéuticos (“medicalización” del adulto mayor), en desmedro de una perspectiva más integral. La segunda dimensión es social, en el sentido que son las condiciones propias de cada sociedad las que determinan en último término, cuántos años y con qué calidad va a vivir una persona mayor. De acuerdo a este enfoque, existe una relación entre la edad cronológica de los MEM
individuos y las funciones que se asignan a los miembros de una comunidad dada, resultante de un sistema de racionalización del tiempo biológico, adaptado a los distintos roles que los individuos deberían ir cumpliendo en sus etapas de la vida como parte de ese conjunto social. Este concepto es la llamada “edad social”. Ambas dimensiones están en constante superposición y no pueden tratarse en forma aislada.
ANÁLISIS Y PROCESAMIENTO

Chile se encuentra en un proceso de cambio profundo en cuanto a su distribución demográfica, inserto en la permutación ocurrida en Occidente durante el siglo XX desde la sociedad post-industrial a la moderna y de ésta, a la post-moderna. La transición del componente poblacional ya se evidenciaba en los informes de las Naciones Unidas publicados en el año 1982: La población mayor de 60 años del mundo está aumentando decían, mientras la menor de 15 años está disminuyendo, fenómeno éste último, que ya mostraba una mayor acentuación en los países más desarrollados.

Referirse a “envejecimiento” significa abordar el tráfico desde la juventud a la senectud, mientras por “vejez” entendemos la condición o estado de senescente propiamente tal. Para desarrollar este análisis, utilizaremos una perspectiva múltiple, en el sentido de incorporar los aportes de diversas disciplinas, a partir de dos dimensiones básicas: la primera que alude al
proceso centrado en el individuo, que se caracteriza por pérdida gradual y progresiva de la eficiencia biológica, lo que significa que disminuye la capacidad del organismo para funcionar adecuadamente. Este menoscabo que termina en la muerte, es parte del ciclo vital de todas las especies.