lunes, 16 de julio de 2007

CONCLUSIÓN

La respuesta a la problemática debe tener muy presente las percepciones de los adultos mayores sobre el tema , es decir sobre si mismos.
Según los propios ancianos, sus problemas más importantes estaban relacionados con las exigencias económicas y de salud, representando lo económico la principal preocupación para los menores de 75, mientras la salud se manifestó como tema prioritario sólo en los grupos más altos, especialmente en mujeres. Aquí surge un elemento clave para el rediseño de las políticas dirigidas a la vejez, y es que culturalmente existe un acondicionamiento para considerarlos como "enfermos". Este estudio revela que los mismos afectados declararon sentirse "sanos" en más del 65% de los casos.
Un estudio previo aportó un elemento innovador al manejo del adulto mayor, por cuanto demostró que contrariamente a la percepción cultural que se tenía de ellos en la sociedad chilena, los senescentes entrevistados tenían buena capacidad para cuidar de sí mismos. Para conocer su medida, se elaboró un Indice de las Actividades de la Vida Diaria (AVD) que permite agrupar a la población objetivo en tres categorías: los auto-valentes, que desarrollan su vida normalmente sin ayuda; los que requieren ayuda para determinadas actividades, y los frágiles e inválidos, que están impedidos de atender a su cuidado sin asistencia.
Este evento de permutación generacional en la composición de la población, debe ser entendido no como una simple valoración estadística, sino como una profunda transformación de la sociedad chilena y de aquellas que se encuentran en situación similar, tanto en Latinoamérica como en el mundo, porque involucra aspectos de tal variedad y complejidad, que obligan a replantear desde vínculos afectivos hasta necesidades materiales, desafiando las capacidades estructurales y funcionales de todos los actores involucrados

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